viernes, 17 de agosto de 2007

Y pasaron por mi cuerpo 220V... Yeaaaah!!!


El miercoles pasado sufrí una experiencia electrizante. Literalmente.

Estaba comprobando la instalación electrica de una casa de unos familiares. Como dictan las normas básicas de seguridad, había cortado la luz. Para acceder a unos cables no tenía otro remedio que quitar los magnetotérmicos (los comunes automaticos o "interruptores de la luz"), pero al no encotrar la fijación, empecé a trastear, con la mala suerte de que mi dedo pulgar derecho tocó el cable de corriente comunitario, que sí tenía electricidad. Y tal como contaba por messenger, "Y pasaron por mi cuerpo 220V... Yeaaaah!!!". La suerte sonrie al tonto y a mí me sonrió mucho (más tonto debo ser). El tocar un solo cable y la alta resistividad del suelo de ceramica, puesto encima de otro suelo de baldosa, hicieron que la intensidad de la corriente, que es la que realmente mata, fuese muy baja y todo quedara en un susto y un pulgar dolorido un minuto.

No, no voy a contar ahora la revelación transcendente de esa experiencia cercana a la muerte, porque eso es una ñoñeria, ni voy a decir ¡¡VIGILAD, LA MUERTE ESTÁ EN TODAS PARTES!! porque eso es obvio (la muerte esta en la escalera, en el coche, en el lápiz que se mordisquea, en ese bebé que te vomita en el hombro...). Lo que quiero decir es que ya tengo otro momentazo electrico más, como cuando cogí un alargador roto y notaba cosquillas en los pies (era gracioso, hasta que me dí cuenta de porqué) o le quitaba la pelusilla a las rendijas de la fuente de alimentación de un ordenata con un destornillador y saltó un chispa que fundió la punta, o cuando de pequeño se acabó la pila de mi calculadora y la enchufé con unos cables a la corriente. Supongo que tengo más momentos, pero por alguna razón no los recuerdo...

Tal vez si que pueda sacar una conclusión trascendente a todo esto. Todos los sucesos sucedieron por culpa de mi estupidez o negligencia y sin haber tenido hijos... Posilemente sea un premio Darwin en potencia (explicado aquí qué es).

También podría decir que soy indestructible, pero una verruga en mi "pulgar indestructible" me insinua lo contrario...

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