jueves, 22 de mayo de 2008

Atento, atento... Te lo perdiste.

Palma, 30/04/2007, 100% Digital

Bueno bueno... Llevo unos dias más de la cuenta sin postear y eso hay que compensarlo.

Hoy, foto. Para variar. Pero esta vez algo más chulo,una combinación entre fotografia y bricofrikada.

Lo que veis a la derecha es la aplicación práctica al aumento de sensibilidades de las péliculas fotográficas y a la mejora de los flashes electrónicos: momentos fugaces "congelados" en una imagen. "Congelados" esta entre comillas porque mi fotografía no esta totalmente "congelada" sino algo móvida, por dos mótivos: todo el sistema para realizar las fotos no es más que una chapuza -como más adelante vereis- y hecho con materiales básicos y no grandes equipos caros como poseen los profesionales, y porque el momento que esta sucediendo es altamente rápido, y eso que aproximadamente la fotografía esta hecha a velocidad 1/20.000, es decir, 0'05 milesimas de segundo.
Bueno, como esto es una bricofrikada, vamos con los detalles.
Para poder hacer esta foto, lo primero que tuve que hacer fue agenciarme algún sistema que permitiese disparar un flash electrónico en el momento deseado. Tras investigar un poco por internet, descubrí una página donde explicaban como montar un circuito disparador con retardo activado por sonido. Y no solo eso, ademas venden los componentes para que tú mismo lo montes con los manuales que proporcionan. Vamos, el paraiso del MacGyver moderno. En mi caso, adquirí los componentes para montar un circuito retardador, con disparador por sonido y por celula fotoelectrica. Despues lo monté todo en la placa de pruebas que proporcionaban, un trabajo de chinos porlo reducido del espacio, y finalmente le añadí unos mandos más manejables y una caja, hecha a mano con el plástico de las cajas de los CDs (desgraciadamente no tengo fotografias del proceso, porque da para escribir otra bricofrikada).
Una vez con el circuito en mi posesión, solo queda preparar el montaje y colocar las bombillas para ser disparadas. Dispuse el set para que fuese un fondo negro con la intención de que los cristales rotos destacaran, pero luego mis profes me dijeron que un fondo gris o de color habría quedado mejor. Despues coloqué el flash de forma que pudiera iluminar suficientemente la bombilla, colocando un reflector al otro lado para que pudiera rellenar las sombras. Enfocando a las bombillas coloqué mis cámaras, la Nikon D80 y la Nikon F3 , para poder captar el resultado por duplicado, ambas con sendos objetivos equivalentes a un 200mm f5.6 con macro. Por último, una chapa recubierta de corcho y cartón aseguraría parar los balines de plomo sin dañar nada ni salir rebotados en todas direcciones. Por cierto, manejar 2 cámaras y una escopeta de aire comprimido a oscuras es imposible para una sola persona, por lo que para disparar los balines me ayudó mi hermano, preocupantemente obsesionado por las armas. Con todo listo, ya se puede pasar a la acción, pero antes... Si, aun quedan cosas por hacer. Lo primero, una vez dispuesto el set, es calibrar el circuito para que se dispare mientras el balin de plomo atraviesa la bombilla. Como no tenía bombillas de sobra, las sustituí por globos de agua mientras calibraba el circuito, hasta conseguir el disparo en el momento preciso, como se ve a la derecha. Notad como se aprecia el balín en el interior.
Con todo calibrado, solo falta enfocar las cámaras hacia la objetivo. Para ayudarme utilicé un cartón, una caja de una tarjeta de red, puesto a la altura de las bombillas, como se ve a la derecha, y una vez enfocado quité el autofocus para evitar que se fuera por cualquier motivo. Ahora si, ya podía apagar las luces, abrir el obturador, disparar la escopeta y cerrar el obturador.
¿Que porqué a oscuras y abriendo el obturador un rato? Muy sencillo, porque los obturadores son "lentos". Voy a explicarme mejor.
Las mejores cámaras, y me refiero a las que se pueden comprar en las tiendas, tienen obturadores de hasta 1/4.000 segundos. Es decir, que tienen una exposición de un cuarto de milésima de segundo, lo suficiente para fotografiar un coche a 70km/h sin que salga movido. Y aun así se trata de algo demasiado "lento" como para captar un balín disparador por aire comprimido. En ese caso hay que optar por los flashes electrónicos.
Un flash corriente tiene una velocidad a plena potencia de entre 1/500 y 1/1.000. Sin embargo, en los flashes automaticos se puede engañar al sensor rebotando luz del flash con un espejo y hacerle creer que ha iluminado lo suficiente. De esa manera un flash corrientito, incluso el cutre-fash de una cámara digital, llega tranquilamente a velocidades de 1/20.000.
Sin embargo, en mi opinión, este sistema resulta algo aleatorio, ya que puede dar más o menos luz según le pegue al sensor, por lo que yo me decanté a aprovechar las posibilidades de mi flash, el moribundo Metz 40 MZ2. Lo de moribundo viene a que a veces funciona y a veces no por un puñetero error de diseño. El caso es que este flash, como la mayoría de los electrónicos carillos, permite rebajar la potencia, y dejandola al mínimo se consiguen velocidades de 1/20.000.
Por eso y porque es más fácil y preciso conectar el circuito a un flash que no a la cámara, se deja todo a oscuras para que el flash se encargue de iluminar todo en el momento justo.
Ya solo falta una foto previa para tener el antes y el durante de la bombilla, como se ve a la derecha.
El resultado es bastante espectacular para haberlo hecho con pocos medios.
Claro, decir "pocos medios" cuando hay dos cámaras, un flash electronico resultón y un circuito disparador-retardador no parece tener sentido, pero esto es una bricofrikada y como tal tiene que haber algo que baje la media de "decente" a "cutre".

En este caso lo cutre es lo apañado del set. Para empezar, no esta hecho en ningún estudio especial, sino en mi cuarto, y no sobre una mesa sino sobre mi cama. El fondo es una cartulina y el soporte de las bombillas la caja de un ordenador pintada de negro. Para reflejar el flash y rellenar sombras pegué un trozo de papel de aluminio a una caja, porque no podía usar un espejo ya que corria el riesgo de romperse, de hecho el papel acabó lleno de cristalitos de bombilla incrustados. Por último todo estaba rodeado de cartones y papeles para poder recoger los trozos de cristal y no tener que dormir como un faquir. Como una imagen vale más que mil palabras, aquí teneis una foto del set, con las debidas explicaciones.

Y es que la gracia de la fotografia es que puedes aislar el glamour sin que se vea la cutrez.